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Puesto Nº4 El Pajarón |
Desde la junta, en el Polígono de Villaviciosa, hasta la finca, había un rato de camino, por lo que prácticamente fue soltar el plato y salir corriendo.
Nada más entrar en la finca ya pasamos por puestos que tenían reses abatidas que, con el ajetreo de los coches, se habían intentado salir y habían hecho disfrutar a los cierres.
El 4 de Pajarón era un puesto precioso pero algo complicado, pues contaba con un amplio testero de pinos que, enfrente de la tirilla estaba a unos 100 metros, pero que en su punto más lejano se iba a 350 metros.
Nada más cargar el rifle comenzaron a escucharse las primeras
carreras de las ciervas y, al entrar las traviesas, los tiros se hicieron
incesantes. Acto seguido, una pelota con 3 ciervas y bonito venado aparecieron
por lo más lejano del testero, permitiéndome realizar tan sólo un disparo a 240
metros entre los pinos que pasó a escasos centímetros por encima del animal (más tarde en la junta me comentaron que tenía un rasponazo el puesto que lo abatió).
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Venado abatido |
Una vez soltaron los perros volvieron a reactivarse la
carrera de las reses, sobre todo de las ciervas, mientras que los venados
empezaron a darle vueltas a los puntales.
Precisamente así me entró un joven ejemplar a unos 10 metros por debajo del viso, al que pude soltarle un certero disparo de muerte que me hizo cobrar el primer venado de la temporada. Como suelo hacer cuando mato una res, me encendí un cigarro y rápidamente vi algo moviéndose por lo más espeso del testero. Se trababa de un marrano de buen porte que caminaba en solitario hacia mí. Con mucho temple lo dejé cumplir y le solté un certero disparo que hizo que el animal se quedara revolcándose, así que decidí realizar otro disparo, que lo hizo caer al cajón del arroyo.
Por su cuerpo se trataba de un buen ejemplar, aunque la intrigar de saber si era macho o hembra me tenía de los nervios.
De ahí al final de la montería poco más que contar, pues la mayoría de las reses, que no fueron pocas, se abatieron antes de soltar los perros. Buen balance del puesto con 2 venados tirados y uno cobrado, además de un cochino que finalmente sería hembra.
Precisamente así me entró un joven ejemplar a unos 10 metros por debajo del viso, al que pude soltarle un certero disparo de muerte que me hizo cobrar el primer venado de la temporada. Como suelo hacer cuando mato una res, me encendí un cigarro y rápidamente vi algo moviéndose por lo más espeso del testero. Se trababa de un marrano de buen porte que caminaba en solitario hacia mí. Con mucho temple lo dejé cumplir y le solté un certero disparo que hizo que el animal se quedara revolcándose, así que decidí realizar otro disparo, que lo hizo caer al cajón del arroyo.
Por su cuerpo se trataba de un buen ejemplar, aunque la intrigar de saber si era macho o hembra me tenía de los nervios.
De ahí al final de la montería poco más que contar, pues la mayoría de las reses, que no fueron pocas, se abatieron antes de soltar los perros. Buen balance del puesto con 2 venados tirados y uno cobrado, además de un cochino que finalmente sería hembra.
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Cochina abatida en el 4 de Pajarón |
Al llegar a la junta se pudo degustar una buena comida mientras se contaban los numerosos lances de la jornada. La verdad, en pocas monterías es difícil encontrar a alguien que no haya tirado, como estaba pasando en este día. Destacar y dar la enhorabuena al puesto ocupado por mis amigos José
Larrea y Lalo Cantero, que abatieron 5 muflones, entre ellos 2 de bastante
porte.
Para finalizar, me gustaría dar la enhorabuena al Club Deportivo Virgen de Villaviciosa, así como a su directiva y a la guardería, Diego y Patricio, por el magnífico día que nos hicieron pasar y lo alto que han puesto el listón.