jueves, 20 de julio de 2017

José Luis Varona: "La caza te da y transmite momentos increíbles"



Maestro armero y apasionado del campo y la caza, José Luis Varona es toda una referencia en el mundo cinegético. Desde muy pequeño trabaja en la armería que lograron sacar adelante sus padres y que, actualmente, dirige junto a sus hermanos. Hace ya casi tres años, el reconocido armero vio cumplido uno de sus sueños al presentar su libro, titulado “Memorias. Confieso que he cazado” y que, sin duda, todo aficionado a la caza o la naturaleza debería leer.  


¿Cómo te defines como cazador?

Soy cazador tanto de la caza menor como de la mayor. Más de pluma que de pelo en la menor, y más montero que recechista, aunque no me importa cambiar un día de montería por uno de rececho. Pero sobre todo, me definiría como un apasionado del campo y de todo lo que rodea está bendita afición.

Llevas toda tu vida ligado al mundo de la caza, ¿con qué momento te quedas de tu larga trayectoria?

Han sido muchos momentos y sensaciones los que me ha dado la caza, desde lances increíbles, a decepciones inesperadas. Muchos de esos lances posiblemente me los ha dado un venado de escaso trofeo, pero con la rehala de perros tras él rompiendo monte, o un doblete de tórtolas en la sierra a toda velocidad haciendo quiebres y recortes entre las encinas, o un desconfiado corzo que me ha dejado con un palmo de narices...

La caza te da y transmite momentos increíbles, aunque ese día no abatas el animal deseado. Momentos como cuando cacé mi primer pajarillo con la "escopetilla de plomillos", o como mi primer verraco en la verea de aquel carril... pero de todos los vividos, me quedo con el noviazgo de mi hijo Rafa, en la finca Los Posteruelos, fue un momento de mucha ilusión y sentimientos que jamás olvidaré.

Que tu trabajo esté ligado a la afición que amas debe de ser todo un lujo, ¿fue la caza la que te dio el impulso que necesitabas para ser armero?

No, antes de andar metido en el mundo armero ya estaba envenenado con la caza. Desde pequeñito iba de mochilero con mi padre y su "charpa”, y eso quedó muy arraigado en mí.

Como era poco aficionado a los libros en el colegio, empecé como aprendiz en el taller armero de nuestra armería, que con tanto esfuerzo y sacrificio sacaron mis padres adelante. Posteriormente, tras el fallecimiento de mi padre a muy temprana edad, dos grandes amigos como Telesforo Castro (q.d.e) y Rafael Machín, ejercieron de "protectores" en mis andanzas cinegéticas.

Evidentemente, mi condición de armero me ha llevado afortunadamente a conocer infinidad de personas de todas las escalas sociales y por ello en mi profesión comparto con muchos de ellos sus inquietudes. Me siento un privilegiado por la profesión que tengo y la afición que practico.


"Memorias. Confieso que he cazado",
libro de D. José Varona
¿Qué te llevó a escribir un libro sobre tus experiencias cinegéticas?

Era uno de mis sueños. Como dice el dicho: En la vida hay que hacer tres cosas: plantar un árbol, ser padre y escribir un libro. Quería compartir mis vivencias cinegéticas con otras personas cazadoras que seguramente habrán tenido las mismas o mejores vivencias que las mías.

He de decir que he disfrutado muchísimo escribiendo y recordando en el tiempo esos momentos vividos. He aprendido la dificultad y esfuerzo que supone escribir un libro por muy humilde que este sea, pero para mí ha sido una experiencia muy enriquecedora.

Aprovecho para agradecer a Francisco Osuna y Juan Manuel Morales su inestimable ayuda. También a mi mujer Luisa e hijos José Miguel y Rafael, por el tiempo que no les dediqué mientras duró este trabajo. Estoy muy feliz y orgulloso de su publicación.

¿Una frase que resuma tu libro?


Una parte importante en el tiempo de mi vida.

Has monteado cientos de fincas, ¿con cuál te quedas?


Han sido tantas afortunadamente que sería injusto destacar alguna. He cazado en maravillosas fincas abiertas donde la caza es salvaje, pura, auténtica y donde la incertidumbre le da esa autenticidad.

Por supuesto también lo he hecho en extraordinarias fincas cercadas donde los resultados pueden estar más o menos asegurados, pero al igual que en las abiertas la diosa fortuna echa tus cartas. No puedo destacar ninguna en concreto, sólo decir que tanto en unas como en otras he disfrutado mucho de la caza y todo lo que la rodea.

Sí destacaría el esfuerzo humano y económico que supone para muchos propietarios o arrendatarios mantener, cuidar y conservar el habitad de numerosas especies tanto animales como vegetales. El cazador es el primero de los ecologistas y basta con ver en qué estado se encuentran la mayoría de las fincas cinegéticas de España.

Desde este blog hacemos mucho hincapié en las nuevas generaciones de cazadores, ¿cómo crees que se presentan?

Siento decir que no soy muy optimista, aún más con esta moda actual animalista. En los colegios si algún niño dice que le gusta la caza lo tildan de asesino.

Vivimos en una sociedad hipócrita y donde los urbanitas tienen un desconocimiento total del mundo rural y de la actividad cinegética. Hay que trabajar desde distintos ámbitos en materia de educación para cambiar la tendencia, aunque pienso que es una tarea difícil y que llevará tiempo.



Desde este blog damos las gracias a José Luis Varona por atendernos.